El primer centauro fue llamado así por antonomasia, que nació de la unión del mortal Ixión y de Nifele , una nube que Zeus puso en lugar de su esposa Hera cuando Ixión tuvo el atrevimiento de amar a la diosa. Como castigo, Ixión fue conducido a Hades, donde permanece atado a una rueda ardiente que girará para siempre en los infiernos. Con su cabeza, brazos y hombros humanos, y cuerpo de caballo, Centauro representaba el aspecto lascivo de la naturaleza humana, y a menudo el arte recurrió a los centauros para simbolizar a los pueblos no griegos, bárbaros, no civilizados. El centauro Quirón era un caso aparte; era hijo de cronos y de la oceánida Filitra. Para engañar a su esposa Rea, Cronos se transformó en caballo para amar a Filitra, pero Rea los sorprendió y Filitra tuvo que huir a la montañosa Pelasgia, donde dio a luz un niño que era, a la vez, caballo de cintura para abajo. Zeus convirtió a Filitra en un tilo, pero la oceánida no se hubiera sentido avergonzada de su hijo porque Quirón, a diferencia de los descendientes de Centauro, fue tan sabio y erudito que muchos jóvenes griegos fueron enviados al monte Pelión, donde vivía, para ser sus discípulos; entre ellos, Acteón, Aquiles y Jasón. Quirón fue inmortalizado como la constelación llamada Centauro.
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