Hidra

La hidra era la hermana del león de Nemea y Euristio la escogió como objeto del segundo trabajo de Heracles, sabiendo que la hidra quería vengar la muerte de la fiera. Heracles dejó Tirinto llevando sobre la cabeza, la melena del león y Euristio le gritó que dejara sus trofeos fuera de la ciudad. Heracles no hizo caso y partió acompañado de su sobrino Yolao.
Los habitantes de Lerna, para proveerse de agua potable, debían de pasar por delante de la guarida de la Hidra. Muchos morían devorados por las bocas del monstruo con la ayuda del cangrejo del cáncer.
Cuando Heracles se acercó a la guarida de la Hidra, comenzó a cortarle cabezas, pero por cada cabeza cortada le salían dos. Pidió ayuda a Yolao que cauterizaba los cuellos y cuándo sólo quedó la cabeza central la cortó y la enterró debajo de una gran piedra que puede verse a las afueras de Lerna.
Heracles sumergió sus flechas en la sangre envenenada de la Hidra y regresó a Tirinto .
Euristeo no reconoció el trabajo de Heracles porque le había ayudado Yolao.